A poco que consumas cine de acción oriental de cualquier tipo sabrás bien que a menudo funciona casi como una lavativa estética y conceptual frente a las producciones estadounidenses, encorsetadas, agarrotadas y rodadas y editadas con el mismo planillo. El cine de acción chino, coreano japonés e indio (entre otras nacionalidades) vuela tan libre que da vértigo, y esta ‘Carter‘ que puedes ver en Netflix es una perfecta prueba de ello.

De hecho, en su planteamiento (y, sobre todo, en su ritmo enloquecido) recuerda en parte a aquellas dos obras maestras que fueron ‘Crank’ y su secuela, quizás dos de las últimas grandes películas de acción occidentales antes de la llegada del rodillo marvelita. Una pseudo-cuenta atrás, una persecución infinita a toda velocidad y aquí, un extra: una cámara en perpetuo (aunque, obviamente, trucado) plano secuencia, que ofrece una visión de la acción sin cortes.

En ese sentido, ‘Carter’ recuerda a otro reciente monumento de la acción en pantalla, ‘Hardcore Henry’, aunque ésta es, si cabe, más ambiciosa y enloquecida. Todo arranca cuando conocemos a un hombre que despierta sin recordar nada. Guiado por una voz femenina que le da indicaciones desde un auricular, emprende una misión en la que tendrá que rescatar a la fuerza a una rehén e impedir que se propague un terrible virus mutante que ya empieza a causar estragos.

Poco recomendable para los amigos de la acción seca y a ras de suelo, ‘Carter’ es todo acrobacias y demencia: gore a raudales, soberbias coreografías, persecuciones rodadas que son gloria a doscientos por hora (el director del film, Byung-gil Jung, lo es también de otra película que destilaba excelente acción sobre ruedas, ‘La villana’) y, posiblemente, la mejor secuencia de paracaidismo demente que has visto. Viva Corea.


La noticia

La película de acción más brutal y excesiva del año es un ‘Crank’ a la coreana, está en Netflix y es pura adrenalina

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Xataka

por
John Tones

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