Hoy se cumplen 25 años del estreno de Starship Troopers, la película de Paul Verhoeven basada en la novela homónima de Robert Heinlein. En su momento no fue precisamente un éxito porque en un primer vistazo no deja de ser una película de ciencia ficción militar un tanto descerebrada, con un guión bastante plano, actuaciones no precisamente brillantes, y buenas dosis de gore, al menos para la época.

Pero, al menos para mí, a poco que le prestes un poco de atención, hay una gran crítica a los totalitarismos de todo tipo debajo de esa capa exterior. Algo que lamentablemente hoy en día es más relevante que desde hace mucho tiempo.

A fin de cuentas estamos hablando de una sociedad en la que no tienes derecho a voto si no has completado el servicio militar. Una sociedad en la que el gobierno y la industria militar no tienen problemas en manipular a la población con información cuidadosamente seleccionada y censurada para animarla a unirse a la guerra contra los bichos.

En fin, que creo que merece la pena echarle otro vistazo si tienes un rato. Lo peor que puede pasar es que te vuelvas a reír de lo mala que es. En la superficie. Y recuerda, el único buen bicho es un bicho muerto.

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