Estuve leyendo en un artículo de Nature sobre lo complicado que es responder a la pregunta ¿Qué hora es en la Luna? cuando se necesita saber el dato exacto. Pero exacto, exacto. Y es que, claro, si en la Tierra ya es difícil por mil y una detalladas complicaciones, imagínate a 300.000 km, sobre la superficie de un satélite que gira de forma diferente, con una masa completamente distinta que afecta a su potencial gravitatorio y cómo todo eso se complica aún más con los efectos relativistas de dilatación del tiempo.

Al parecer todo esto viene del proyecto de una red de satélites GPS y comunicaciones para vehículos lunares, sobre el que escribí un artículo recientemente para Tecvolución. Ese GPS lunar, llamado Iniciativa Moonlight, será cortesía de la Agencia Espacial Europea, pero al igual que el GPS o el Galileo terrestre depende de que la medida del tiempo sea completamente precisa; si no es así los cálculos pueden desviarse desde unos pocos metros a miles, dando al traste con las misiones, desorientando a los astronautas o algo peor.

Mirando un poco por ahí vi que mientras que día en la Tierra dura 24 horas (casi siempre), sucede que un día en la Luna dura 708,7 horas (29,53 días terrestres). Todo esto partiendo de la definición de «día» como el periodo entre un amanecer y el siguiente, claro. Naturalmente, tener segundos u horas lunares sería poco práctico y extraño, así que habría que establecer algún tipo de «hora lunar oficial» relacionada con el horario UTC terrestre, para que sea la misma hora en los ambos sitios y se ajuste adecuadamente. Y también para que todos las misiones que estén trabajando allí, yendo y viniendo, tengan una hora común, como dicen en Nature.

Por mucho que estén establecidos en una base lunar, los astronautas seguirán con el ritmo natural en sus cuerpos de los ciclos circadianos de 24 horas, de modo que tendrán que hacer como cuando ahora viajan en la Estación Espacial Internacional o como los tripulantes de un submarino: a descansar y dormir cuando toque, sin importar mucho la «hora oficial».

El problema relativista tampoco ha de ignorarse: el pozo gravitatorio de la Luna es menor que el de la Tierra al tener una masa menor; de ese modo allí el tiempo «transcurre más lento» si se compara con el de la Tierra. La diferencia no es mucha: unos 56 microsegundos cada 24 horas (terrestres) equivalentes a 0,02 segundos al año. No es gran cosa, pero suficiente para que un GPS no funcione bien. Así que tendrán que compensarlo, igual que se hace con el GPS terrestre donde el efecto relativista de dilatación también ha de ser compensado porque los satélites están en órbita a 20.000 km y eso se nota, aunque sean sólo 38 microsegundos al día.

_____
Foto (CC) Alexander Andrews @ Unsplash.

# Enlace Permanente