La semana pasada el Parlamento Europeo aprobaba prácticamente por unanimidad –el proyecto recibió 603 votos a favor, seis en contra y 39 abstenciones – la creación de la red de comunicaciones segura vía satélite IRIS².

La primera vez que mencioné esta red hablé de ella como de una especie de Starlink europeo. Pero ahora que se va definiendo un poco más el proyecto no es exactamente eso, pues está pensada principalmente para las instituciones de la UE, los gobiernos de los Estados miembros, y empresas. Así que en realidad se parece más a lo que el gobierno del Reino Unido está intentando con la constelación OneWeb.

IRIS², de Infrastructure for Resilience, Interconnectivity and Security by Satellite, Infraestructura de resiliencia, interconectividad y seguridad por satélite, busca, como su propio nombre indica, establecer una red de comunicaciones segura para la Unión Europea.

En la actualidad las comunicaciones vía satélite de los países miembros de la UE dependen de unos pocos satélites, que además no siempre están bajo el control de esos países o de ningún país de la Unión. Así que la idea es tanto aumentar la capacidad como no depender de operadores de otros países. Para ello los objetivos del programa han sido divididos en cinco áreas principales:

Mejorar la resistencia de los servicios de comunicación de la UE mediante el desarrollo y la explotación de una infraestructura de conectividad multiorbital.
Contribuir a la resistencia cibernética y a la ciberseguridad operativa, entre otras cosas integrando los segmentos espacial y terrestre de la Infraestructura europea de comunicación cuántica (EuroQCI).
Mejorar las demás capacidades y servicios del programa espacial de la UE.
Fomentar el despliegue de tecnologías innovadoras aprovechando la industria del nuevo espacio.
Garantizar la banda ancha de alta velocidad y la conectividad sin fisuras en toda la UE, eliminando las zonas muertas de comunicación y permitiendo la conectividad en zonas geográficas de interés estratégico.

Aquí lo de multiorbital es clave, pues además de los satélites que ya están en uso, los 2.400 millones de euros de presupuesto de IRIS² incluyen el lanzamiento de una constelación de satélites en órbita baja terrestre que aumenten la capacidad de la red tanto en ancho de banda como en reducción de la latencia.

La parte que me parece un poco de ciencia ficción por ahora es que se supone que IRIS² empezará a ofrecer servicios iniciales en 2024 y que estará completa en 2027. Eso es pasado mañana en lo que al lanzamiento y puesta en marcha de una red como a esta se refiere.

Pero los contratos para poner todo en marcha no serán firmados hasta 2024. Y no hay que olvidar que ahora mismo Europa está a punto de quedarse sin un lanzador pesado, pues el último Ariane 5 va despegar en unos días para lanzar la sonda JUICE, y no se espera que el Ariane 6 esté listo antes de finales de 2023. Lo que, con toda seguridad, quiere decir que no entrará en servicio en realidad antes de 2024.

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