Por Germán Otálora, director del Programa Airband de Microsoft para América Latina.

El acceso a Internet se ha convertido en una necesidad básica, pues permite a las personas y las empresas acceder a información, comunicarse, colaborar y participar en la economía global de manera más eficiente. Además, facilita el acceso a educación, servicios médicos y financieros, a los servicios del Estado y puede impulsar la innovación y el crecimiento económico. Por ello, la conectividad universal es considerada la piedra angular del desarrollo sostenible a escala mundial.

Sin embargo, existen regiones enteras del planeta que no gozan de este servicio fundamental, en particular en las áreas rurales. Lamentablemente, los habitantes del campo que carecen de conectividad de calidad enfrentan tasas más altas de desempleo y deserción escolar, gozan de menos oportunidades laborales y económicas. La falta de acceso a internet pone a los niños del campo en desventaja con respecto a sus pares de las ciudades. La falta de acceso a internet en las zonas rurales puede perpetuar la desigualdad económica y social. Cerrar la brecha de conectividad entre el campo y la ciudad debe ser la prioridad en las agendas de desarrollo.

Según un estudio del IICA realizado con apoyo de Microsoft en 26 países latinoamericanos y caribeños, aún 72 millones de personas que viven en zonas rurales de la región carecen de conectividad con estándares mínimos de calidad. Si bien se observa una mejora del 12% a comparación del año 2020 –cuando el número de habitantes rurales sin conectividad de calidad ascendía a 77 millones en la región- lo cierto es que la brecha entre el campo y la ciudad se acrecentó 2 puntos durante el último año. Esta brecha de conectividad representa una barrera que impide el desarrollo equitativo e inclusivo tanto para las zonas urbanas como las zonas rurales.

En el caso del Perú, se observa un avance en el mejoramiento de sus condiciones de conectividad. Según el estudio, Perú pasó a formar parte del grupo de países de nivel medio de conectividad, cuando antes se hallaba en el nivel bajo. De esta manera, supera el nivel de países como Bolivia, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Venezuela.

Ecuador se mantiene en el clúster de nivel medio de conectividad, superando el nivel de países como Bolivia, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Venezuela. Además, recientemente se realizó la firma de un convenio de cooperación entre el Mintel y Microsoft. Entre los acuerdos se destaca promover la expansión de la conectividad de internet de alta velocidad y bajo costo por medio del programa Airband, a través de aliados locales, como con tecnología TV White Spaces (TVWS).

Colombia hace parte de los nueve países que integran el clúster de nivel medio de conectividad significativa rural, lo que significa que entre el 69,3 y el 52% de la población que vive en el campo no accede a servicios de conectividad con los estándares mínimos de calidad. Sin embargo, con iniciativas como Airband se ha logrado llegar a múltiples poblaciones en Latinoamérica, brindándoles la oportunidad de acercarse a la tecnología para impulsar sus conocimientos y capacidades. Solo en el país se han conectado a más de 480 mil colombianos de Zonas apartadas, 240 escuelas y 32 mil estudiantes, gracias a tecnologías como TV White Spaces (TVWS).

Aunque la determinación de los gobiernos por cerrar la brecha de conectividad ha sido clara, aún queda pendiente lograr un impacto positivo a gran escala. No existe una solución única, pero sí una mezcla de inversiones en infraestructura, diseño de políticas públicas adecuadas, innovación en tecnologías inalámbricas, programas y acciones del sector privado y, sobre todo, la colaboración y la acción conjunta entre el sector público y el privado que contribuyan a que el campo latinoamericano tenga acceso a internet asequible y de alta calidad para que nadie se quede atrás de las oportunidades

Pero el reto no se detiene ahí. No basta con conectar, se trata de conectar con un propósito, pues la brecha digital es un problema de acceso a internet, pero también a las habilidades necesarias para sacar provecho de las oportunidades, Las habilidades digitales pueden ayudar a los habitantes del campo a participar más activamente en la economía global, generar ingresos y mejorar su calidad de vida acceder a servicios en línea como banca, atención médica y educación, acceder a recursos en línea, para elevar su nivel de educación. Pueden integrar soluciones tecnológicas para sus cultivos, para ser más eficientes en la gestión de sus tierras y recursos, lo que puede mejorar la productividad, reducir el desperdicio, optimizar el uso de insumos, reducir el impacto ambiental y mejorar la sostenibilidad. Conectividad y habilidades digitales deben ser prioridades, porque cuando cerramos la brecha, ganamos todos.

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