Este interesante proyecto de Jase Film es ni más ni menos que una vieja cámara de Super 8mm Agfa Microflex Sensor (de 1966) montada sobre un dron casero moderno fabricado con piezas estándar y otras impresas en 3D a medida. La película es una Kodak Ektachrome y el resultado es muy peculiar: el look viejuno del revelado, el color y el grano de la película de 8 mm pero sobre tomas modernas de campos con aerogeneradores, sin ir más lejos.

Dice Jase que el invento no es muy práctico, porque el dron es demasiado pequeño para el peso de la cámara y que aunque volar, vuela, hay que sacrificar la batería y duración de los vuelos (unos 4 minutos). Lo normal sería utilizar un dron más grande y una lente mejor (la que lleva la cámara es un ojo de pez baratillo), entre otras cosas. Un detalle simpático es que para activar la grabación se utiliza un pequeño motor controlado a distancia que aprieta físicamente el botón rojo de la cámara para arrancarla.

El look definitivamente es precioso, aunque cualquier podría decir que nada que no se pueda conseguir con un dron normal y unos filtros en el programa de edición… Pero para ese viaje no hacen falta alforjas; lo divertido es el proyecto. De hecho su creador dice que la película se ve con demasiado grano y los colores más enrarecidos de lo normal porque el revelado manual lo realizó él mismo. Pero seguro que se lo pasó muy bien haciéndolo todo.

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Para quienes se preguntan cómo se rodaban antiguamente las escenas aéreas «a vista de dron» tan comunes hoy en día, especialmente en los capítulos introductorios de las series de Netflix y casi cualquier documental –el recurso más clásico para situar rápidamente la acción– la respuesta es fácil: helicópteros.

Aunque ocasionalmente se han utilizado avionetas o incluso globos y cometas, los helicópteros han proporcionado siempre una forma ágil de conseguir esas tomas, volando sobre ciudades, vehículos en persecución y personajes. Incluso si hay que ir a las montañas a rodar es más fácil llevar al equipo técnico y actores en un helicópteros, dejarlos allí y luego sobrevolar la zona para hacer las tomas. En general hay que tener cuidado para evitar las sombras y el efecto del viento sobre el suelo, que podría revelar la técnica.

Cuando se ruedan películas, ya sean analógicas o digitales, la cámara suele ir montada sobre un complejo cardán para minimizar los movimientos y vibraciones; esto garantiza unas tomas espectaculares y suaves. Hoy en día casi cualquier dron baratijo puede con su propia cámara o con una GoPro conseguir unas tomas igual o más espectaculares y de calidad por unos cientos de euros.

(Vía @Rainmaker1973.)

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