La Starliner en lo alto del cohete que la va a lanzar – NASA

En la más reciente actualización del auténtico culebrón venezolano que está siendo en concreto el lanzamiento de la primera misión tripulada de la Starliner de Boeing y en general la historia de esta nave la empresa y la NASA acaban de anunciar que intentarán el lanzamiento el sábado 1 de junio de 2024. A las 18:25, hora peninsular española (UTC +2). Hay ventanas de lanzamiento de respaldo los días 2, 5 y 6.

Pero –y es un pero muy importante– aún están trabajando en terminar de analizar todas las posibles consecuencias de la pequeña fuga de helio en el sistema de propulsión de la nave que ha venido retrasando su lanzamiento en estas últimas semanas. Es necesario que todas las partes involucradas estén convencidas de que entienden el problema y todas sus implicaciones.

Así que hay pendiente una Flight Readiness Review incremental (FRR, Revisión de la preparación para el vuelo). Es una reunión obligatoria antes del lanzamiento de cualquier misión en la que todas las partes implicadas verifican que se ha hecho todo lo posible para que la misión pueda ser llevada a cabo con éxito. Eso incluye tanto hardware como los sistemas de tierra como el equipo humano y cualquier otro factor que pueda intervenir. Ya hubo una a finales de abril, por eso lo de que la próxima vaya a ser incremental.

Luego, siguiendo los procedimientos habituales, tendrá que pasar de nuevo su Launch Readiness Review (LRR), la reunión en la que se decide que tiene el visto bueno para ser lanzada.

Con lo que yo no apostaría mucho a que el lanzamiento del día 1 no se posponga. Aunque con el historial de la Starliner es casi apostar sobre seguro.

El objetivo de la Boeing Crew Flight Test (Vuelo tripulado de prueba de Boeing, Boe CFT, o CFT a secas) es llevar a Barry Wiltmore y Sunita Williams a la Estación Espacial Internacional (EEI). Permanecerán allí aproximadamente una semana antes de volver a tierra. La idea es pasar por todas las fases de una misión tripulada pero en menos tiempo. Mientras tanto siguen en cuarentena en el Centro Espacial Kennedy (KSC) y aprovechan el tiempo extra para seguir entrenándose.

Si la Starliner pasa esta misión con éxito, y una vez analizados los datos obtenidos durante ella, es posible que por fin consiga la aprobación para entrar en servicio regular. Algo que no sólo es de interés para la NASA sino también para sus socios en la EEI, ya que la programación de misiones tripuladas a la Estación depende de la entrada en servicio de la Starliner. Y eso incluye a la astronauta europea Sophie Adenot.

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