Un corazón para la señora Pisano – Joe Carrotta / NYU Langone Health

Se me había pasado la noticia del trasplante de un riñón de cerdo genéticamente modificado a Lisa Pisano, una paciente que no podía optar a un trasplante tradicional. Pero sí he visto que el trasplante ha fracasado y han tenido que extirparle el riñón de cerdo.

La señora Pisano sufría de insuficiencia cardíaca y renal. El fallo de sus riñones hacía que no fuera candidata para implantarle un dispositivo de asistencia ventricular izquierdo (LVAD) mientras estuviera sometida a diálisis. Y al mismo tiempo el fallo cardíaco impedía que pudiera ser sometida a un trasplante de riñón humano porque se priorizan pacientes más sanos.

Pero entonces al equipo médico del centro Langone Health de la Universidad de Nueva York se le ocurrió una posible solución: le implantaron el LVAD y, con un permiso extraordinario de las autoridades competentes, unos días después le trasplantaron el riñón en cuestión.

Y es que las dos insuficiencias juntas ponían en serio peligro su vida. De hecho unos días antes de la operación para implantarle el LVAD la señora Pisano sufrió una parada cardíaca de la que afortunadamente pudo ser reanimada.

Al principio todo parecía ir bien pero el problema estuvo en el difícil equilibrio necesario para mantener la bomba y el corazón en funcionamiento a la vez que se trataba el posible rechazo del riñón. Y al final el flujo de sangre al riñón resultó ser demasiado escaso, lo que hizo que terminara por dejar de funcionar.

En esas circunstancias el equipo médico decidió que no se justificaba mantenerla a tratamiento de inmunosupresores y le extirparon el riñón de cerdo. Aunque una autopsia del riñón no mostró síntomas de rechazo, lo que es una muy buena señal.

Así las cosas la señora Pisano vuelve a estar en diálisis, pero al menos con un LVAD que le permitirá ir tirando mientras el equipo médico busca otra posible solución.

Ella ha sido la segunda persona en recibir el trasplante de un riñón de cerdo. A mediados de marzo Rick Slayman, quien había recibido un trasplante tradicional que con los años había sido rechazado, recibió el un trasplante similar. Pero aunque todo parecía ir bien el señor Slayman terminó por fallecer aproximadamente un mes y medio después de la operación. Pero por lo visto por causas no relacionadas con el trasplante.

Los dos casos son casos extremos en los que pacientes en principio sin otras opciones han contribuido al avance de la ciencia a cambio de prolongar su vida, aunque sea poco tiempo como en el caso del Sr. Slayman. Y veremos en el caso de la señora Pisano.

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